Tus ojos tiernos se preguntan mientras me leen como hago para escribir. Yo no lo se. Tus ojos tampoco saben que miran y porque. ¿O si?. Tus ojos graves preguntan por mis frases inmaculadas que salen de la nada.
El recuerdo de tus ojos llego a mí una noche de abril. Los había olvidado, se los había llevado el viento cuando entro por mi ventana una noche y me los robo. Los volví a recordar aquella mañana que me desperté de un sueño que no creí soñar.
Tus ojos graves me retuvieron. Sutiles, perfectos, desde las pestañas hasta su profundidad mas oscura.
Tus ojos jugaron. Juego cruel sin salida.
Me hubiera encantado que leas esto…pero no, lo leyo Ella.